Mis nuevos sofas de segunda mano

sofas de segunda mano

 

Una de las cosas más básicas en toda casa es el sofá. El de mi casa no era para nada cómodo y estaba bastante viejo. Además de esto estaba cubierto con una funda (odio las fundas).
Lo peor de él, es que era algo básico para nosotros: no podíamos estirarnos!!!

Conque optamos por hacer una pequeña inversión y buscar un sofá en condiciones. Enseguida rechacé la idea de tunear uno viejo o bien encontrado, puesto que los que aparecían por contenedores tenían aspecto poco higiénico y eran bastante trasnochados. Echando cuentas si “adoptábamos” uno de la calle tendríamos que invertir unos ciento cincuenta euros solo en cambiar las espumas y retapizarlo.

Con lo que opté por la opción B: buscar uno barato.
Me empapé de catálogos, me moví por la red e inclusive me aproximé a una gran superficie. Todo cuanto hallaba se iba del presupuesto, puesto que necesitaba algo muy concreto: un sofá como el que tengo en la casa mas que además de esto tuviese una chaislong.

 Así las condiciones que debía reunir el nuevo sofá eran:
* Material: de piel (bueno, se admite polipiel como animal de compañía)
* Color: Cobrizo.
* Con chaiselong
El porqué de esa manía es que ya pusimos uno de ese material y es idóneo para los que tenemos animales, puesto que los pelos no se enganchan en él y se limpia con gamuza, nada de retirar fundas para lavar. El tema del color es una alternativa personal que me agrada, sin más ni más.

Como no hallaba ninguno nuevo que se amoldara, me dio por mirar en las páginas web de sofas de segunda mano y gracias a los filtros enseguida dí con múltiples opciones. En verdad me planté ante más de doscientos resultados. Sofás de todos y cada uno de los tamaños, costos y colores que te puedas imaginar.

Lo tenía todo:
*Era justo el modelo que necesitaba. Quizá me hubiese agradado uno con asientos extraibles, mas su coste era tan ajustado que no se podía solicitar más de él.
*Estaba a unos pocos minutos de mi casa.

Escribí a Vacia tu Casa preguntando por el sofá y al instante me respondieron. Lo terminaban de publicar y no se esperaban la velocidad del contacto. Quedamos para verlo y por si acaso me acerqué con una furgoneta.

Y sí, ese día volvimos a casa con el sofá, que debo decir que estaba más que impecable y el vendedor se lo quitaba de encima puesto que se cambia a un piso donde ya hay uno más grande.
El trato fue fabuloso, unas personas de lo más agradables (y limpio, lo que se agradece cuando uno compra una pertenencia de otra persona).
Lo pusimos en el comedor solamente llegar y orgullosos de la adquisición nos estiramos. Al fín podíamos tumbarnos!!!

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