ALARGADOR DE PENE, mitos y riesgos

 

alargador de pene

Los especialistas, desaconsejan o bien rechazan la mayor parte de las técnicas e inclusive aconsejan asistir antes a un especialista de Salud Mental, para reconsiderarse la hombría con independencia del tamaño.

Partimos de la base que da, rotundamente, un psicólogo, sexólogo y antropólogo: las técnicas para alargador de pene o bien engrosamiento son, en su mayoría, una tomadura de pelo; la promesa de un agrandamiento de pene para tener una vida sexual mejor es como la promesa de los buhoneros que van vendiendo afrodisíacos: charlatanería.

 

alargador de pene

Alargador de pene extensor

Lo corrobora, un urólogo experto en Medicina Sexual, que sólo confía en los extensores y, en último caso, en la cirugía, puesto que con las pastillas y extractos de plantas que te prolongan el pene, se dan muchas tomaduras de pelo, puesto que es rigurosamente falso que funcionen. Así mismo, hay programas de ejercicios para aumentar el miembro, apoyados por exactamente la misma garantía científica que el mito de que estirándonos el pene tras de miccionar terminará creciendo. Los especialistas resaltan, que es singularmente alarmante que haya personas que procuran probar su eficiencia.
Tampoco se es más partidario de los métodos ortodoxos: las técnicas quirúrgicas no están exentas de peligros, tampoco lo están las que usan extensores, vacío o bien pesas. Un sexólogo, asegura que en el mejor caso, se pueden acrecentar uno o bien dos centímetros, que solo van a ser perceptibles con el pene fláccido, por el hecho de que en erección no se va a lograr ni un milímetro más.

Internet y los mitos del falo grande

A más de uno, nos pueden asombrar estas afirmaciones, puesto que Internet anda llena de testimonios de hombres que aseguran, que los tratamientos prodigiosos de algunas páginas les han alterado la vida y sus parejas ahora al fin están satisfechas sexualmente. Pues bien, el sexólogo se atreve a asegurar que como máximo todo va a ser fruto de la autoestimulación psicológica, una especie de efecto placebo sexual, puesto que el tamaño de los cuerpos esponjosos y cavernosos no se pueden prolongar y el tamaño del pene en erección va a ser exactamente el mismo con o bien sin alargamiento.

Entonces, ¿por qué razón a de manera comercial esta práctica, tanto física como quirúrgica? Desde el mito de Príapo, se viene fortaleciendo un alegato falocéntrico; podemos hallar imágenes de penes pintados en paredes de la vieja Roma, estatuas en tumbas vietnamitas o bien puertas de aseos públicos en cualquier parte del planeta. El pene representa poder, una herramienta, arma o bien instrumento, con el que someter a mujeres y hombres (en algunas etnias), un ariete con el que derruir las puertas.

El pene, se configura como símbolo androcéntrico y patriarcal por el que el tamaño pareciese ir ligado al grado de poder: en el imaginario colectivo, se instituye la idea de que, a mayor tamaño, mayor hombría, más poder. No es extraño, que en internet reverbere el eco de esta concepción ancestral, que si embargo no está ligada al placer coital, por lo menos desde el punto físico.

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¿Tamaño deficiente o bien dismorfofobia?

El inconveniente, es que es parte del constructo masculino; por más que expliques que el tamaño no importa, que a las mujeres el tamaño del pene no es lo que más les excita, hay personas que, aun asumiéndolo, lo desean tener más grande.
Esta obsesión de algunos hombres, podría estar explicada en lo que un psicólogo atribuye a un posible cuadro de trastorno psicológico: la mayoría de las personas que desean prolongar el pene, seguramente padecen una dismorfofobia por la que perciben que poseen un pene más pequeño de lo que verdaderamente lo tienen. En consecuencia, ya antes de decantarse por la cirugía, preguntar a un o una profesional de salud mental o bien sexología.

 

 

Pueden ser varias las razones por pensar en un alargador de pene e incluso un engrosamiento del mismo, pero no lleva implícita una gran solución.

 

 

Aseguran, que con su asesoramiento, entre otras muchas cosas, comprenderán que el placer propio o bien compartido no guarda relación con el tamaño o bien la longitud de un pene y que hay varones con penes grandes, que tienen problemas para dar y conseguir placer. Muchos se sorprenden cuando se les explica que la vagina (que no vulva) es flexible, se amolda a prácticamente todos los tamaños, y los muy grandes suelen ser rechazados por molestos. Por otra parte, el conducto vaginal solo es sensible en su tercio externo.

 

 

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Mejor alargador de pene

En todo caso, si (a pesar de todo lo precedente) aún se mantiene la idea de ganar unos centímetros, el urólogo aconseja los extensores: si bien la gente tiene en mente la cirugía, hoy lo más eficiente es el mecanismo de tracción del pene, un extensor que, conforme distintos estudios, prueba que se logran buenos resultados que dejan a la cirugía en un segundo puesto, sin pasar por quirófano y ahorrándose el costo de la operación.
Ahora bien, más vale armarse de paciencia por el hecho de que hay que ser realmente incesante para lograr una ganancia de apenas dos centímetros; hay que ponérselo diariamente por lo menos dos horas, es como ir al gimnasio: hay que ir cuando menos 6 días por semana. Se puede hacer en casa sosegado, tumbado en el sofá y haciendo únicamente eso; suelen hacerlo mientras que ven la tele de noche, pues otro instante del día en el que no haya que moverse es complicado, no vale estar sentado trabajando.
Desde entonces, merece más la pena pasarse 3 meses con un aparato aferrado, que meterse en un quirófano o bien ponerse una prótesis, que, en opinión de un especialista, es una aventura quirúrgica, si bien algunos hacen sus cálculos y piensan: si le sumo a mis diez centímetros dos más, voy a tener doce; el año siguiente lo incremento y van a ser catorce, etcétera. El urólogo tilda este pensamiento de fallo.

 

 

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Los peligros de la cirugía

La cirugía se debería estimar experimental, en el momento en que te dicen que se prolongará hasta 5 centímetros, faltan estudios controlados para poder delimitar el peligro-beneficio de la cirugía de alargamiento. Además de esto, con esa dismorfofobia previamente citada engañando a la mirada, el noventa y cinco por ciento de los hombres que solicita un alargamiento, tiene un pene de tamaño normal, y con la operación lo sometes a un peligro real a cambio de un beneficio dudoso.
De ahí, que en una consulta se asegure que trata de modular las esperanzas del paciente: se considera esencial que comprendan bien los peligros, que se sea consciente de todas y cada una de las consecuencias. Lo equiparan, con las prótesis de mama femeninas: es una cirugía cosmética, la diferencia radica en que con ellas el beneficio en un largo plazo está realmente bien establecido y en el alargamiento, eso no existe.

Por este motivo como se les recomienda: No te operes, pero, si te empeñas, que te opere un urólogo con mucho bagaje por el hecho de que es una cirugía que suele dar inconvenientes de erección después.
En ocasiones, los pacientes así mismo requieren un engrosamiento, lo cual se desaconseja: el engrosamiento es más difícil, pues supone la infiltración de alguna substancia sintética o bien de la propia grasa y las dificultades como las fibrosis son parcialmente usuales. En palabras de un urólogo y cirujano: se agrega material en el pene que, si no se pone homogéneamente, puede provocar malformaciones
Además de esto, no es una técnica nada fácil y da inconvenientes, de ahí que luego se vean tantos desastres quirúrgicos. Lo peor es que se gana poco, con lo que hay que buscar a un cirujano muy experimentado en cirugía genital y limitarlo a casos muy escogidos, como pacientes que padecen ciertas enfermedades, la de Peyronie por poner un ejemplo, que sí que «consiguen buenísimos resultados». Para todos los otros, el peligro-beneficio es incierto.

 

Fuente: https://vibradores.online/alargador-pene/