La edad en la que una persona está capacitada para emplear lentillas es una de las preguntas estrella que la mayor parte de los progenitores se proponen en el momento de decantarse en emplear esta clase de elemento óptico para corregir deficiencias refractivas en la visión.
Con el tiempo se ha comprobado que no hay una edad específica, sino se atiende más a que el pequeño sea siendo consciente de que las lentes de contacto, son un producto sanitario que precisan de una higiene y mantenimiento esenciales y que han de ser capaces de efectuar todas y cada una esas labores bajo su responsabilidad, a fin de que su salud visual no se vea perjudicada. O sea, importa más que el pequeño sea responsable, que la edad propiamente dicha.
Además de la estética, una de los beneficios de usar lentes de contacto en edades tempranas es que, con gafas, ciertas actividades pueden resultar difíciles de realizar: correr en el patio, jugar a deportes con peligro de contacto, etcétera. En verdad, hay estudios que muestran que los pequeños con gafas tienden a efectuar menos deporte por temor a romperlas. En este sentido, las lentes aportan al pequeño una enorme libertad para efectuar estas y otras actividades sin miedo a que se le caigan las gafas y se les rompan. Por eso, puedes adquirir las lentes de contacto en lentillas a domicilio.
Hay estudios que muestran, que los pequeños con gafas tienden a efectuar menos deporte por temor a romperlas
Esta cuestión está íntimamente relacionada con la comodidad y la seguridad. Los progenitores van a estar más apacibles frente de posibles lesiones en la zona ocular por golpes o bien caídas casuales, en tanto que con gafas se corre el peligro de que pequeñas partículas del cristal de la gafa se introduzcan en el ojo.
Otro dato a favor, en lo que se refiere a la utilización en pequeños de lentillas son los resultados del estudio “Lentes de contacto en pediatría” (CLIP), efectuado en dos mil siete por el Instituto de Optometría de la Universidad del Estado de Ohio con pequeños y pequeñas de entre ocho y once años. En esta investigación se mostró una mejora terminante en la autopercepción de un pequeño al usar lentes de contacto en contraste a las gafas. El estudio terminó, con la conclusión de que los profesionales de la visión deberían estimar ofrecer lentillas para tratar los defectos refractivos en la visión en estas edades tempranas.