En otra entrada anterior, sobre los capazos y su ¿Seguridad? cuestionábamos la seguridad de un dispositivo que deja el transporte de un bebé tumbado. En esta nueva entrada, vamos a examinar su comodidad. ¿Por qué razón? Por que en este país, esta clase de productos se ofrecen como una alternativa cómoda y para lucir por ejemplo con un cubrecapazo bugaboo, además de segura para nuestros bebés a lo largo de los primeros meses de vida.
Como ya explicamos en su momento, la meta de un sistema que deje al bebé viajar tumbado no es resguardarle en un impacto, sino más bien asegurar la retención mínima aceptable para un bebé que, por cuestiones de salud (prematuridad o bien disfunción respiratoria) no puede viajar en la situación semi-sentado por las consecuencias que podría traerle continuar en esa situación.
Siendo de esta manera, es esencial resaltar que sólo hay un supuesto en el que, pese a ser un bebé con esta clase de necesidades, se desaconseja su transporte en situación horizontal: si sufre de Reflujo Gastroesofágico.
Frente al diagnóstico de Reflujo, las primeras indicaciones que un padre recibe por parte de su pediatra, es que el bebé continúe incorporado entre 30 y 45º ¿Por qué razón? Por que si el bebé continúa horizontal suceden dos cosas:
* La probabilidad de que el pequeño devuelva, aumenta exponencialmente en frecuencia y cantidad.
* Se aumenta el peligro de ahogamiento si el bebé no es capaz de expulsar el comestible quedándose en la garganta o bien lo que es peor, introduciéndose en los bronquios (broncoaspiración).
Por esta razón, pese a ser un bebé prematuro o bien con incidencias respiratorias anteriores, habrá de ser puesto en una silla semi-sentado, puesto que no hay nada peor para un pequeño en estas condiciones que padecer el traquetreo de un vehículo en situación horizontal.
Trasladando esto a un bebé sano nacido a término, resulta bastante evidente que, el peligro de padecer una bocanada de leche tumbado en un capazo en un vehículo es elevado, puesto que el vehículo está continuamente acelerando, frenando, virando en una glorieta o bien cambiando de marcha, ¿cierto? Y toda vez que el vehículo toma una curva, especialmente cuando va a determinada velocidad, el sistema de suspensión inclina el habitáculo… esto es en algunas curvas la cabeza del bebé va a quedar bajo las piernas (con esa sensación de que el estómago «se sube a la boca») y en otras a la inversa… ¿Seguramente, se nos revolvería el cuerpo a los adultos si viajáramos de esta forma?
Esto solo es cómodo con el vehículo parado
Puesto que sorprendentemente, en España estos dispositivos, aparte de seguros se ofrecen como cómodos. Poniéndonos en la piel de un bebé que viaja tumbado, es bastante evidente que ese confort no existe.
Pero es que aparte del peligro que supone viajar tumbado, en un gran número de vehículos el espacio que ocupa un capazo impide (si está instalado apropiadamente) que un adulto pueda sentarse al lado para supervisar si el bebé tiene algo en la garganta que le impide respirar.
Al entender de fundasbuga.com, la recomendación indiscriminada que se hace de este tipo de productos en este país, está exponiendo a nuestros bebés a un peligro superfluo.
Llevar a un bebé en capazo es (tras llevarlo en brazos), la peor opción de todas y cada una. Puesto que aparte de no estar concebido como un sistema de seguridad, no resulta cómodo en lo más mínimo.
Estos factores no pueden tenerse en cuenta cuando los productos se prueban con dummies de goma y acero y por lo tanto no se ven reflejados en ningún informe de Clubes Automovilísticos Europeos por muy especialistas que sean.