Morosidad y también impago, dos palabras de connotación negativa en el mundo de las finanzas que son conceptos más rutinarios de lo que parece. Hay un sinnúmero de empresas y particulares en estas dos situaciones e inclusive la propia Administración Pública, no tiene la liquidez precisa para poder encarar con puntualidad ciertos pagos.
Vamos a enfocarlo desde la perspectiva de un particular, si bien las soluciones asimismo son aplicables para empresas, y existen muchas semejanzas. Cuando se tiene un préstamo de cualquier clase, sean hipotecas baratas, tarjeta o bien préstamo personal, tienes la obligación de devolver el dinero prestado en los plazos aceptados en los contratos de préstamos firmados por las partes. Pero casi todos, atravesamos durante nuestra vida una serie de circunstancias que provocan que llegado el día del vencimiento de uno de los plazos no tengamos dinero suficiente en el banco para poder atender el pago.
Esta situación hace que al día siguiente de la fecha de vencimiento del recibo entremos en situación de retraso de pago, y entren en juego los intereses de retarda que es un recargo que se aplica a la cantidad que se debe, y conforme pasen los días van sumándose a la cantidad que figuraba en el recibo. Es un simple retraso y muy frecuentemente se logra abonar poco más tarde lo que se debe más los intereses de retardo y se regula la situación.
Desde exactamente el mismo instante, en que un recibo bancario es llevado al cobro en su fecha de vencimiento y este pago no es atendido, el mismo resulta impagado. El impago es un incumplimiento de la obligación de abonar de una deuda vencida, liquidable y exigible.
Cuando uno ha llegado a esta situación, las reacciones de los perjudicados es muy diversa, muchos asisten de buena fe al banco, o bien al directivo de la sucursal de siempre para solicitarle que tengan paciencia y decirles que busca una solución para poder abonar el dinero que debe. Mas el banco no aguarda, día tras día que pasa los intereses de retraso hacen acrecentar la deuda y si pasa más de treinta días, nos van a pasar el próximo recibo y nuestra situación va a ir empeorando si bien desde el banco no nos presionen para pagarles lo que le debemos.
Otra reacción muy usual, es no hacer ni caso de todos y cada uno de los avisos recibidos para demandar los pagos de los recibos, por teléfono o bien por carta. Hay personas que se habitúan a esta situación y ven ya como algo normal el que le llamen por teléfono para demandarle cantidades o bien el hecho de percibir cartas y notificaciones de reclamación de cantidad, como lo es, por servirnos de un ejemplo, la comunicación de inscripción en un fichero de deudores. Esto es un fallo, pues la deuda día a día prosigue incrementando y los procesos de reclamación de cantidad proseguirán su curso, y por desgracia muchos llegan a ver como comienzan embargar sus recursos y comienzan a ser desahuciados de sus residencias.
No es conveniente ninguna de las dos situaciones, lo mejor es ponerse a cargo de un especialista como Ferco Gestion que estudie tus situación financiera, tu solvencia, tu capacidad de pago y te ponga en la mano la mejor solución financiera para tu caso si bien este pase a veces por vender tu residencia. La solución que te aporte un consultor financiero que estudie tu caso puede ser radical, mas lo va a ser si tu situación lo es, y creerme no hay nada peor que no ser consciente de que puedes llegar a perderlo todo y todavía de este modo continuar debiendo dinero a tus deudores.
Si bien la ley cambió hace poco para poder ver la posibilidad en las hipotecas de la dación en pago, esto no es de este modo en todos y cada uno de los casos y lo que te invito a es que cuando alguien empiece a encontrarse en una situación financiera bastante difícil, asista a un especialista a fin de que le haga una investigación de su situación.
Muy frecuentemente, la solución pasa por refinanciarse y formar préstamos en un largo plazo usando como garantía una residencia, y esto no agrada a muchos, en tanto que en España tenemos un sentido de la propiedad muy arraigado. No obstante hasta el propio Banco de España aconseja la refinanciación por el hecho de que esta solución deja lograr una cuota considerablemente más reducida a la que sí podemos hacer frente. Es verdad que esto acarrea una serie de gastos que pueden ser algo elevados, mas si podemos lograr eludir males mucho mayores vamos a salir ganando.
Se trata de una barrera sicológica que hay que superar, aceptar nuestra realidad, examinar nuestras posibilidades y tomar una resolución siempre y en toda circunstancia aconsejado por un especialista, jamás te dejes recomendar por un familiar, un amigo, y contrasta realmente bien con algún profesional lo que te pueda ofrecer el banco.
En suma cuando ya antes procures la solución más asequible te va a salir y menos traumática va a ser.